Problema: La terraza era un espacio neutro y sin identidad, con poco atractivo para clientes y escaso impacto de marca. Esto limitaba su potencial estético y reducía la capacidad de diferenciación frente a la competencia.

Solución: Se instaló un jardín vertical artificial de gran formato, libre de mantenimiento y con vegetación premium. La intervención cubrió fachada y techos creando un espacio más cálido.

Problema: La entrada del hotel carecía de un elemento diferenciador y atractivo que generara identidad visual y experiencia memorable. Esto limitaba la capacidad del espacio para destacar, captar visitantes y fortalecer el branding del establecimiento.

Solución: Se instaló un árbol de cerezo rosa artificial de gran formato inspirado en los sakura japoneses. El diseño envuelve la entrada principal, creando un efecto visual impactante, fotográfico y emocional.

Problema: La entrada carecía de un elemento simbólico y visual que reforzara su vínculo con la tradición catalana. Esto reducía su atractivo cultural y limitaba su capacidad de impacto en visitantes.

Solución: Se creó una instalación floral vertical con efecto cortina compuesta por rosas artificiales. Diseñada como homenaje a Sant Jordi, transformó la entrada en un símbolo cultural y visual del mercado.

Problema: El paso interior entre dos estancias era un espacio funcional pero neutro, sin valor estético ni capacidad para reforzar la identidad del local. Esto limitaba la experiencia sensorial y la recordación de marca por parte de los clientes.

Solución: Se diseñó e instaló una guirnalda floral artificial en tonos lila y rosa pastel sobre el arco. La intervención transformó el paso en un elemento decorativo central, romántico y acogedor.